jueves, 23 de junio de 2011

LA AUTORIDAD DEL PADRE Y LA EVOLUCIÓN

Hasta hace cosa de
un siglo, los hijos acataban el cuarto mandamiento. Nadie se sentaba a la
mesa antes que el padre, nadie hablaba sin permiso del padre,
nadie repetía el almuerzo sin el permiso del padre, nadie se
levantaba de la mesa si el padre no se había levantado antes; por
algo era el padre. La madre fue siempre el eje sentimental de la
casa, el padre siempre la autoridad suprema. Cuando
el padre miraba fijamente a la hija, esta abandonaba
todo.


VINO EL PAPÁ

Todo empezó a
cambiar hace unas siete décadas, cuando dejó de ser el padre y
se convirtió en papá. El mero sustantivo era ya una
derrota. Padre es una palabra sólida, papá es un apelativo
que da demasiada confianza. La segunda derrota es
que papá es una invitación al infame tuteo, el hijo se sintió
autorizado para protestar, antes nunca había ocurrido cuando
el papá era el padre.

A diferencia
del padre, el papá era tolerante. Permitía al hijo que
fumara en su presencia, en vez de arrancarle los dientes con una
trompada,
como hacía el padre en circunstancias parecidas. Los hijos
empezaron a llevar amigos a la casa y a organizar bailes y bebidas,
mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban en voz baja:
Bueno, por lo
menos tranquiliza saber que están tomándose unos tragos en casa y no en
quién sabe dónde.

Los hijos empezaron
a comer en la sala mirando la tele, mientras papá y mamá lo
hacían solos en la mesa; tomaban el teléfono sin permiso, sacaban dinero
de la cartera de papá y usaban sus mejores camisas. La hija
comenzó a salir con pretendientes sin chaperón y a exigirle
a papá que no le pusiera mala cara al insoportable novio.
Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero una autoridad
bastante maltrecha. Nada comparable a la figura prócer del
padre.

Y ENTONCES VINO EL PAPI.

Papi es un
invento reciente de los últimos 20 ó 30 años. Descendiente menguado y
raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta
ni se le pregunta nada. Simplemente se le notifica. Papi, me llevo el
carro, dame para gasolina. Le ordenan que se vaya al cine con mami
mientras los hijos están de fiesta y que , cuando vuelvan, entren en
silencio por la puerta de atrás. Tiene prohibido preguntarle a la nena
quién es ese tipo despeinado que desayuna descalzo en su cocina.
Ni hablar
de las tarjetas de crédito, la ropa, el turno para ducharse, la
afeitadora, las llaves. Lo tutean y hasta le indican cómo dirigirse a
ellos: ¡Papi, no me vuelvas a llamar "chiquita" delante de
Jonathan! Aquel
respeto que inspiraba el padre y, hasta cierto punto
el papá, se transformó en exceso de confianza además en un franco
abuso hacia papi: ¡Oye, papi, se me está acabando el whisky!
¡Oye papi, anda a comprar pan!

NO SÉ QUÉ SEGUIRÁ DESPUÉS DE PAPI

Supongo que la
esclavitud o el destierro definitivo. Yo estoy aterrado, después de haber
sido nieto de padre, hijo de papá y papi
de mis hijos, mis nietas han empezado a llamarme
"pa"..........!!

CREO QUE QUIEREN DECIR
.............................................................................
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ PA'
QUE SIRVES !!!!!!!!!!!!!

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